miércoles, 16 de diciembre de 2009

Mariquita Pérez



Mariquita Pérez es una muñeca creada por Doña Leonor Coello de Portugal en el año1938.




Fue la muñeca más célebre de las décadas de los cuarenta y cincuenta, está considerada como la mejor muñeca que se ha fabricado en España y está entre las mejores de Europa de su época por su fabricación artesanal, calidad de los materiales empleados y la riqueza de vestuario y complementos. Asimismo tuvo un gran éxito de acogida en otros países como por ejemplo en Argentina.


Leonor Coello, hija del Conde de Portugal, era una dama de la nobleza madrileña que residía en San Sebastián durante la Guerra Civil Española y que se inspiró en su hija de dos años, Leonor de Góngora, para crear a la muñeca.


Leonor solía pasear a su hija con una muñeca alemana de porcelana vistiéndolas a las dos iguales, lo que suscitaba el interés y la sorpresa entre quienes las veían. Leonor era quien dibujaba, cortaba y cosía tanto los trajes de su hija como los de su juguete. El éxito era tal que la gente se paraba para ver a aquella niña que llevaba entre sus brazos una muñeca con idéntico vestido. Así fue que tuvo la idea de convertir a su hija en modelo que prestase su imagen a una muñeca nueva, distinta a las demás, igual que las niñas de la época.


María del Pilar, una antigua compañera de escuela, aportó el capital inicial para fundar la empresa Mariquita Pérez
S. A.

Leonor quería un nombre muy español para su muñeca, por lo que no dudó en consultar a los amigos de su marido Manuel de Góngora, escritor y redactor jefe de la revista Blanco y Negro. Les explicó que la muñeca debía tener personalidad propia, historia, un nombre pegadizo y una familia. Enseguida pensaron en el nombre María, pero al final se decidieron por el diminutivo Mariquita. Respecto al apellido, eligieron el de Pérez porque era común y de los más extendidos en España.


Una vez terminada la guerra civil, las socias se dirigieron a Onil donde tenía su taller el artesano Santiago Molina, para encargarle la fabricación de mil muñecas, manifestándole que debían ser idénticas a la hija de Leonor. El artesano tomó medidas a la niña para hacer el molde de la muñeca.


La fiesta de inauguración de la primera tienda Mariquita Pérez se celebró el 11 de noviembre de 1940 en un pequeño local, en la Avenida del Generalísimo número 12, actual Paseo de la Castellana, llegando a ser todo un acontecimiento social en el Madrid de la posguerra.


Ante el rotundo éxito de Mariquita Pérez, seis años más tarde la tienda fue trasladada a la calle Serrano número 8, en cuyo escaparate se expondría, para deleite de niños y adultos, la muñeca con su rico vestuario que cambiaba con cada temporada, convirtiéndose en fiel reflejo de la moda imperante en cada momento durante décadas.


A pesar de ser un artículo de lujo reservado al alcance de unos pocos, este icono infantil se convirtió en símbolo de toda una época.


Con mensajes publicitarios como “Mariquita Pérez, la muñeca que se viste como una niña” o “la muñeca que se viste de verdad”, "Mariquita Pérez viste a las niñas desde que se ponen de corto hasta que se visten de largo", "Desde que dejan la cuna hasta que ya son mujeres, las niñas del mundo entero piden Mariquita Pérez", entre otros, este fenómeno social alcanzó a todos los estamentos de la sociedad y marcó a toda una generación, convirtiéndose en la muñeca preferida por la mayoría de las niñas españolas desde los años 40 hasta principios de los 60.


Aunque muchas no pudieron tenerla, llegó a todas en forma de canciones, programas de radio donde podían participar las niñas, tertulias semanales en la tienda o como espectáculo visual, ya que sus vidrieras eran auténticas revistas de moda.


El primer modelo, fabricado en 1940, estaba hecho de cartón piedra, tanto la cabeza como el cuerpo, a base de una mezcla de escayola, polvos de talco y pegamento a la que, una vez seca, se le daba forma con una lija. Tenía peluca de cabello natural, ojos de cristal fijo con cejas y pestañas superiores pintadas a trazo y boca cerrada. En cuanto al vestuario, llevaba un vestido de vichy de rayas rojas y blancas, dos lazos para el pelo del mismo tejido, zapatillas “topolino” de esparto a juego y ropa interior, este conjunto recibió el nombre de Mi Delantal. Precisamente las rayas rojas y blancas se convirtieron en emblema de la casa, desde las cajas en las que se vendía hasta el interior de los baúles donde se guardaban la muñeca y su exclusivo guardarropa.


Entre 1941 y 1942 salieron al mercado nuevos modelos con algunas modificaciones: los ojos eran durmientes y las cejas y las pestañas inferiores estaban pintadas a trazo, mientras que las superiores eran naturales; la boca la tenía abierta y mostraba los dos incisivos centrales o paletas. En esta época aparecieron también las muñecas andadoras y articuladas.

El vestuario de la muñeca se amplió con nuevos vestidos, abrigos a juego con los guantes, calcetines, sombreros de fieltro, zapatos de piel y conjuntos de ropa interior. Por otra parte este modelo de Mariquita Pérez tenía dos pelucas intercambiables, una con la melena corta y otra algo más larga.


Pronto se dio a conocer a su familia, a través de cuentos y la radio: su padre, José Antonio Pérez de la Escalera, era un militar andaluz, y su madre, vasca, se llamaba Marta Carvajal y Goicoechea. Estudiaba en el Colegio de El Sagrado Corazón de Madrid, junto a su amiga Mariví.

Leonor decidió crear hermanos para Mariquita Pérez, al hermano recién nacido se le llamó Juanín Pérez. El nombre surgió de forma espontánea, con la atracción de lo popular, y los materiales empleados en su manufactura debían ser los mismos que los de su hermana. Estaba bañado al duco, con ojos que no se movían, cabello y pestañas pintados. Su vestuario, que cubría todas las necesidades de un recién nacido, estaba muy elaborado, con bordados de todo tipo: punto de cruz, festones, vainicas, encajes, entredoses, etc. El bebé llegó a tener un sistema para llorar y en la siguiente tirada se le cambió el ojo fijo por el durmiente.

En1943, Mariquita Pérez volvió a cambiar; se hizo más morena al mejorar la calidad del baño de pintura que se daba al cartón piedra para simular el color de la piel, que se llama al duco; se rebajó el colorete de las mejillas y el cabello se peinó a la moda con el bucletón: un bucle en la parte delantera a modo de flequillo, otros dos horizontales, más pequeños, a ambos lados de la cara y uno más grande en la nuca. Hay otros cambios más sutiles como las cejas trazadas con aerógrafo.

Con el tiempo el ajuar se iba multiplicando: baúl, perchas, muebles, billeteros, paraguas, medallas, bolsos, abanicos, máquinas de fotos, misal, libros del colegio con pizarrines, gafas de sol, y hasta un perro de raza fox terrier llamado Olé.

Leonor buscó conventos y casas de asilo femenino, donde hiciesen los vestidos para la muñeca. Se preparaba la labor y se cortaba la tela antes de enviarla a los conventos de San Miguel o San Pascual de Madrid. Las religiosas eran especialmente cuidadosas a la hora de elaborar el guardarropa de Mariquita Pérez, ese vestuario marcó la moda reinante hasta los años sesenta. Este éxito de producción la llevó incluso a buscar ayuda en cárceles de mujeres.

La vida de Mariquita era el reflejo de las niñas de las familias adineradas de la época, asistía a un colegio de monjas, los domingos paseaba por los parques de su ciudad, en verano viajaba a la playa y a la montaña, y a lo largo del año practicaba todo tipo de deportes. Además de la formación académica, recibía una sólida enseñanza religiosa católica, así como instrucción en el hogar para que el día de mañana pudiera hacerse cargo de las responsabilidades que de adulta habría de asumir como ama de casa, esposa y madre en el ámbito de una familia cristiana de clase alta.
En 1946 el esposo de Leonor, por asuntos de trabajo, tuvo que trasladarse a vivir a Argentina por lo que ella y sus hijos también le acompañaron. Aquí intentó hacer una Mariquita Pérez igual a la española pero realizada en cerámica en frío y marcada en inciso en la espalda. El triunfo de la muñeca llevó al pionero en el teatro infantil argentino, Roberto Aulés, a escribir una obra de teatro titulada Las aventuras de Mariquita Pérez en 1955.

En el año 1953 se había producido un nuevo cambio en la muñeca: el cuerpo se estilizó, se le pusieron los ojos de fibra artificial, el cabello se peinó a lo garçon, con melena corta, la piel era más sonrosada y la expresión de la cara se suavizó. A partir de esta etapa, las muñecas llevaban su nombre grabado con letras rojas en la espalda.

En 1959 se empezó a fabricar en plástico duro y a los ojos se les dotó de un mecanismo que les permitía moverse de lado a lado (ojos flirty). La boca, abierta, mostraba cuatro dientes, su estatura aumentó un centímetro y en las manos se modelaron dedos y uñas. Ese mismo año apareció un modelo con piel de melocotón, realizado mediante una técnica que se denomina flocaje, la cual pretende imitar la textura de la piel humana y aunque triunfaba en otros países europeos, en España fue un fracaso. Otro modelo estaba hecho de pasta, que era andadora. Estas tres versiones todavía conservaban la peluca de cabello natural.

En 1966 se lanzan dos modelos; el primero con cuerpo de plástico rígido y cara de celuloide y el segundo fabricado enteramente en plástico duro. El pelo estaba hecho de fibra sintética e insertado.

Finalmente en 1970 comenzó a fabricarse el último modelo, en vinilo, con ojos durmientes, boca entreabierta de labios gruesos y el cabello insertado y peinado en una larga melena rubia rojiza o castaña con raya al lado.

En 1994, y luego de varios años de declive, la marca fue retomada por una fábrica de muñecas de Alicante. La actual Mariquita Pérez es confeccionada utilizando distintos materiales, estos son; el cartón piedra, la porcelana y el vinilo. Las tres versiones presentan un aspecto diferente al que tenía la muñeca en las décadas de los 40 y 50. Los ojos y las pestañas son sintéticos en las tres versiones, el pelo es natural en los modelos de cartón piedra y porcelana. En lo referente al tamaño; la nueva Mariquita Pérez mide alrededor de 48 centímetros de alto.

Por otra parte la nueva muñeca también dispone de algunos complementos y de un surtido de modelos inspirados unos en los años 40, 50 o 60 y otros en diseños actuales. En cuanto a su hermano se hace solamente de vinilo.





La muñeca siempre estuvo presente en la memoria de quienes la conocieron u oyeron hablar de ella.

Son las muñecas confeccionadas en los años 40 y 50 las más cotizadas.


Antigua publicidad de Mariquita Pérez, Galerías Pacífico: