sábado, 18 de julio de 2009

Martita Kukilin




Muñeca marca Kukilin, de la década del 70.




Venían con diferentes ropitas, como para coleccionar.


Tienen ojitos durmientes y sonrisa muy simpática.

Bebé Piel Rose




Precioso bebé Piel Rose de ojos verdes.



Toma la mamadera y hace pis. La mamadera que tiene en sus manitos es la clásica mamadera mágica.



Fabricado en la década del 70 por la entonces pujante fábrica de muñecas argentinas.




jueves, 16 de julio de 2009



Las Matrioshkas.





Las Matrioshkas o mamushkas son muñecas rusas, concebidas en la antigua ciudad de Zagorsk en el año 1890. Aunque algunos aseguran que su origen no es ruso sino japonés, siendo su antecedente una muñequita de rostro alargado (de tanto meditar, cuenta la leyenda). Pero en la historia rusa está escrito que en 1890 las pintó por primera vez Sergei Maliutin. En el año 1900 lograron notoriedad al ser expuestas en la Feria Mundial de París.






Su originalidad consiste en que se encuentran huecas por dentro, de tal manera que en su interior albergan una nueva muñeca, y ésta a su vez a otra, y ésta a su vez otra, en un número variable que puede ir desde cinco hasta el número que se desee, aunque es raro que pasen de veinte. Se caracterizan por ser multicolores, o por la presencia de elementos decorativos en la pintura tales como jarrones o recipientes sostenidos por las muñecas. A veces las muñecas interiores son iguales entre sí, pero pueden diferenciarse en la expresión de la muñeca o en el recipiente que sostienen.




Se las considera portadoras de la buena suerte y representan deseos. Cuando uno de esos deseos se cumple, se descubre otra Matrioshka. También se las considera un símbolo de la matrona nutricia, de la fertilidad.




Realización de las muñecas.
Están hechas generalmente de madera, siendo la madera de tilo la más usada debido a ligereza y su textura fina. Los árboles que se destinarán para realizarlas son cortados en el mes de abril, cuando tienen más savia. Luego de ser cortada en bloques y procesada por al menos dos años, un maestro maderero realiza la elección de las piezas que se destinarán a la creación de las muñecas. Todas las muñecas incluidas en una matrioshka deben ser construidas a partir del mismo bloque de madera, pues la expansión y contracción de la madera así como la cantidad de humedad son características únicas que varían de bloque a bloque.



martes, 14 de julio de 2009

Preciosa miniatura.


Muñequita de 7,5 cm. marca ESTRELA S.A.

Las casas de muñecas.

En una casa de muñecas ¨ el tiempo se para y la época histórica permanece inalterable,
algo que no podría ocurrir jamás en una casa de tamaño normal. Todo tipo de cosas, hasta las más efímeras, se mantienen en ella, a diferencia de lo que sucede en las de los humanos. ¨
Una Historia de Casas de Muñecas, Flora Gill Jacobs, 1965.

En el pasado, las casas de muñecas eran juguetes adorados por las niñas; ni podían imaginarse el papel que tendrían, generaciones más tarde, como reflejo de la historia doméstica.



La fascinación por las réplicas en miniatura se ha experimentado desde los días de la antigua Grecia y Roma, pero, para muchos coleccionistas la etapa más interesante comenzó en los países del norte de Europa a mediados del siglo XVII. Aunque existen documentos sobre miniaturas de casas en archivos alemanes ya hacia fines del siglo XVI.

La mayoría de los coleccionistas de los siglos XVII y XVIII vivía en Alemania, Holanda e Inglaterra.
Las mujeres alemanas utilizaban las casas en miniatura como juguetes didácticos, para enseñar a sus hijas a ser buenas amas de casa.
Muchas de las primeras casas y el ajuar de sus habitaciones se conservan expuestas en museos públicos y privados de Europa y Norteamérica y ofrecen una imagen fascinante de los estilos de vida y la moda a lo largo de los siglos.


Salones de clases





Cocina alemana
Sombrerería alemana

Hace doscientos años los coleccionistas no se limitaban a coleccionar y exhibir réplicas en miniatura sino que las usaban para reproducir sus propios estilos de vida y sus hogares.

Resulta inevitable que cualquier representación auténtica de las formas de vida en el pasado se valore en posteriores investigaciones, aunque no se haya creado con esa intención ya que sus creadores reproducían escrupulosamente en ellas tanto sus formas de vida como el estilo contemporáneo de decoración de interiores. Tan sólo un pequeño número de coleccionistas del siglo XX parece compartir el deseo de sus antepasados; para la mayoría, deleitarse con el pasado parece ser la mejor manera de ilustrar el presente.

Fuente consultada: Colección Casa de Muñecas de Ediciones del Prado, 1997.